El tatú carreta o armadillo gigante (Priodontes maximus) está en situación vulnerable ya que, aunque tiene una población aparentemente generalizada, se le estima una disminución de su población debido a la périda de hábitat y a la caza como viene siendo habitual.
En 24 años ( tres generaciones para estos armadillos) ha desaparecido el 30 % de la población. Esta situación no se conoce de manera reciente, ya que desde 1982 se le considera vulnerable, situación que parece no mejorar a pesar de su conocimiento.
Su tamaño de cabeza a cola es de 150 a 160 cms. de los cuales 50 cm corresponden a la cola. Su peso es de aproximadamente 60 Kg.
Tiene una armadura ósea que le cubre el dorso y los costados, pero a pesar de parecer muy rígida es bastante flexible. La coloración es marrón oscuro excepto en la cabeza, la cola y las zonas marginales del caparazón que posee una coloración blanquecina. El cuerpo desnudo es rosado. El caparazón del tatú carreta presenta hasta 12 bandas móviles bien definidas.
Sus patas poseen largas uñas que les permite construir cuevas gigantes como madrigueras y escarbar y romper hormigueros o termiteros para buscar alimento. Su lengua segrega una sustancia viscosa que le permite capturar a los insectos.
Su olfato es muy bueno para detectar en dónde se encuentran sus presas. Los otros sentidos no los tiene bien desarrollados, de hecho no distingue colores, pero esto no tiene importancia ya que es un animal de costumbres nocturnas. Durante el día se refugian en sus madrigueras.
Tienen un promedio de vida de 12 a 15 años
El Armadillo Gigante normalmente vive en las Sabanas y bosques húmedos de Sudamérica.
Se alimentan de hormigas y termitas.
Su período de Gestación es de 4 meses aproximadamente y tienen de 1 a 2 crías.
Sus amenazas son además de la pérdida de hábitat, la caza inmoderada para utilizar su coraza como adorno y su carne como alimento exótico.(normalmente como alimento de subsistencia), y es que dado que el armadillo o cuspón es muy valorado como fuente proteica, ha sido intensamente cazado y exterminado en una gran proporción de su distribución original.
La captura ilegal para la venta clandestina a coleccionistas también puede ser una amenaza, aunque es difícil de cuantificar. Han llegado a pagar por un ejemplar vivo hasta 250.000 dólares.
1 comentarios :
:0
Publicar un comentario